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Obra Maestra de La Historia de La Arquitectura
Uno de los magníficos edificios antiguos de Estambul es la Cisterna Basílica ubicada en el suroeste de Santa Sofía. Construido para Justiniano I, el emperador de Bizancio (527-565), este gran depósito de agua subterráneo se llama «Cisterna de Yerebatan» entre el público debido a las columnas de mármol subterráneas. Como solía haber una basílica en el lugar de la cisterna, también se le llama Cisterna Basílica.
La cisterna tiene 140 m de largo y 70 m de ancho, y cubre un área rectangular como una estructura gigante. Accesible con una escalera de 52 escalones, la Cisterna alberga 336 columnas, cada una de las cuales tiene 9 m de altura. Erigidas a intervalos de 4,80 m entre sí, las columnas se componen de 12 filas, cada una tiene 28 columnas. El compartimento de la cisterna es transportado por las columnas a través de arcos. La mayoría de las columnas, la mayoría de las cuales se cree que fueron compiladas a partir de estructuras antiguas y esculpidas con varios tipos de mármoles, están compuestas por una sola parte y una de ellas está compuesta por dos partes. La cabecera de estas columnas presenta diferentes características en algunas partes. 98 de ellos reflejan el estilo corintio y parte de ellos reflejan el estilo dórico. La cisterna tiene paredes de ladrillo de 4,80 m de altura, y el piso está cubierto con ladrillos y enlucido con una gruesa capa de mortero de polvo de ladrillo para su estanqueidad. Con una superficie de 9.800 metros cuadrados en total, la cisterna tiene una capacidad estimada de almacenamiento de agua de 100.000 toneladas.
